La Dieta - The Believer

Aunque en nuestro país es común ver indígenas discriminando indígenas, mestizos a mestizos, wannabes a wannabes y un largo etcétera; no lo es, en ninguna parte del mundo, ver a un nazi judío.

Esta es la historia de un tipo así, ¿qué pasa cuándo lo que atacan tus creencias eres precisamente tú? Veánla... ya.

La Dieta: Nina Simone - I Put A Spell On You

I will do it just the same way you have done with me, even you hadn't realize you did it. But, I'm honest, I enjoy to live under your words, your eyes, your voice. Spray spells over me all day long, all night long, then I will do the same until we can swim in our own words.

Harto espacio

...Y mucha luz en el nuevo depa que habito... acompañado de Janeth, Josué y desde mañana mi hermana.

Esto es vivir con calidad de vida, los espacios amplios, paredes blancas (aquellos que conocieron mi anterior depto, saben de lo que hablo) y unas ventanotas, bien bien grandes.

Describo rápidamente y a modo de tour el susodicho inmueble.

Primero mi recámara.
Este es mi cuarto ( y no, no pienso comprarle base a mi colchón, me gustan mis petates) y aparte de que es muy iluminado tiene un clóset enorme (chin, olvide tomarle foto), luego entonces... ya tengo mis cachivaches y trapos ordenados, hasta los calcetines me cae; y si tengo que buscar algo que está hasta el fondo, no hay bronca porque tiene focos dentro... sí, mi nuevo depa es el país de los focos.


Luego la estancia.
La estancia es grande, muy grande, y como el edificio es triangular y la estancia está justo en el ángulo le entra luz por todas partes.


Y cuando haya noches frías de invierno... pos prendemos la chimenea, ya el señor de la limpieza del edificio nos prometió conseguirnos leña.


Lo mejor de todo es que estoy pagando sólo un poquito más de lo que me costaba la renta del anterior depa, y si lo visitaron alguna vez, bien saben que no era ni amplio, ni tan luminoso, ni tenía maderas, ni mucho menos chimenea.

La próxima vez les hablaré de la cocina y los baños... que también tienen lo suyo.

Tengo un rehén...

No soy el sucesor del mochaorejas, pues mis propósitos sí son nobles, pero tengo secuestrado un objeto amarillo y aún no sé bien qué pedir de recompensa, ni como chantajear por su rescate.

En la estancia de mi nuevo departamento (pues ya me he mudado, pero de eso hablaré luego), permanece este pobre ente privado de su libertad, con los brazos abiertos y cabizbajo yace frente a uno de los ventanales esperando que su dueña regrese por él, o bien, que esta vez cuando vuelva a renovarse el día, ella esté ahí cuando los primeros rayos de sol iluminen su amarillo semblante.


PD. Tal vez pueda pedirte fresas...