POSSIBLY MAYBE
Hace como cinco años los periódicos mexicanos publicaron una nota que a no pocos nos emocionó, en ella se anunciaba un concierto en otoño, la protagonista: Björk, presentando su recién horneado álbum Vespertine.

Hace como cinco años los periódicos mexicanos publicaron una nota que a no pocos nos emocionó, en ella se anunciaba un concierto en otoño, la protagonista: Björk, presentando su recién horneado álbum Vespertine.
Estuvimos esperando mayor información, dónde, cuándo, cuánto... y así nos quedamos, porque a los pocos días la islandesa, por medio de su website, desmintió la información. No habría concierto, la gira empezó y México nunca apareció en la lista de las muy dichosas sedes de los conciertos.

Al poco tiempo, me dio la corazonada que la elfita islandesa nomás no vendría a México sino hasta que ya esté bastante mayor, y como bien reza el dicho, si Mahoma no va a la montaña, pos yo voy, aún cuando esta panzona montaña se quedase en bancarrota para poder verla.
Al poco tiempo, me dio la corazonada que la elfita islandesa nomás no vendría a México sino hasta que ya esté bastante mayor, y como bien reza el dicho, si Mahoma no va a la montaña, pos yo voy, aún cuando esta panzona montaña se quedase en bancarrota para poder verla.
COME TO ME
Hace seis meses, Karla, amiga de la niñez que vive en Chicago, me avisó que se casaba el 20 de mayo de 2007, me dijo que fuera ahorrando... y así lo hice. Cinco meses después, Lía, otra amiga que ahora vive en Chicago, en un acogedor departamento frente al Lincoln Park Zoo, me dio la noticia que todo buen melómano espera, Björk daría un concierto en el Auditorium Theatre de la 'Ciudad de los Vientos', el 12 de mayo. Zaz, todo coincidía, Chicago, Karla, Lía y hasta Björk, tercia de reinas dispuestas frente a la costa suroeste del Lago Michigan.

Lía compró tres boletos para el concierto: el suyo, el de Omar y el mío. Por raras causas, mi boleto no fue registrado por el sistema y sólo llegaron dos, compré después el mío, y fue afortunado el incidente, tuve asiento de primera fila en el balcón lateral derecho, vería a Björk de cerca, podría gritarle y esperar que me escuchara, podría hacer un dueto con ella, incluso en aquéllas partes en las que su dicción cambia los significados y altera la memoria que tenemos de sus letras. Eso sí, estaría solito, flanqueado por extraños, pero pensé: ¡WTF...!

ONE DAY... VIOLENTLY HAPPY
Llegó el día 12, salimos corriendo del departamento de Lía, queríamos dar un paseo antes del concierto, no habíamos avanzado mucho cuando caímos en cuenta que faltaba algo importante para la tan esperada cita... los boletos. Y ahí vamos de regreso, temiendo que la nada se hubiera robado nuestros pases al reino melódico björkiano. Se habían quedado en el departamento, los guardamos con cautela y salimos corriendo por segunda vez.

Le abrió un grupo de pesadilla auditiva, que se llamaba 'Aasdjhgjdkdf' (sic), islandeses también y que presentaron un sólo track dedicado a los glaciares que se prolongó por una hora, el chistosete vocalista empezó gritando 'I hate sleep, I hate sleep' y terminó rasgando un 'Destination, destination'. Y me pregunté que coños tiene que ver eso con los glaciares... en fin, fue la Divina Comedia de Dante: el Infierno, a cargo del dueto islandés insufrible; el Purgatorio, que fue el receso necesario para descansar los oídos y el Cielo, bendita Björk.


Abrió el concierto en penumbra, 'While i crawl into the unknown...' preludio perfecto para un Volta del que no sabía que esperar, '...cover me...' y al contrario de lo que pregonaba queríamos que se descubriera, que se abriera el telón para poder comprobar que era real que estaba ahí. 'I'm going to prove the possible really exists...' y lo hizo durante un concierto que nos deja con ganas de más, y más, y más.
Hace seis meses, Karla, amiga de la niñez que vive en Chicago, me avisó que se casaba el 20 de mayo de 2007, me dijo que fuera ahorrando... y así lo hice. Cinco meses después, Lía, otra amiga que ahora vive en Chicago, en un acogedor departamento frente al Lincoln Park Zoo, me dio la noticia que todo buen melómano espera, Björk daría un concierto en el Auditorium Theatre de la 'Ciudad de los Vientos', el 12 de mayo. Zaz, todo coincidía, Chicago, Karla, Lía y hasta Björk, tercia de reinas dispuestas frente a la costa suroeste del Lago Michigan.
Lía compró tres boletos para el concierto: el suyo, el de Omar y el mío. Por raras causas, mi boleto no fue registrado por el sistema y sólo llegaron dos, compré después el mío, y fue afortunado el incidente, tuve asiento de primera fila en el balcón lateral derecho, vería a Björk de cerca, podría gritarle y esperar que me escuchara, podría hacer un dueto con ella, incluso en aquéllas partes en las que su dicción cambia los significados y altera la memoria que tenemos de sus letras. Eso sí, estaría solito, flanqueado por extraños, pero pensé: ¡WTF...!
ONE DAY... VIOLENTLY HAPPY
Llegó el día 12, salimos corriendo del departamento de Lía, queríamos dar un paseo antes del concierto, no habíamos avanzado mucho cuando caímos en cuenta que faltaba algo importante para la tan esperada cita... los boletos. Y ahí vamos de regreso, temiendo que la nada se hubiera robado nuestros pases al reino melódico björkiano. Se habían quedado en el departamento, los guardamos con cautela y salimos corriendo por segunda vez.
Le abrió un grupo de pesadilla auditiva, que se llamaba 'Aasdjhgjdkdf' (sic), islandeses también y que presentaron un sólo track dedicado a los glaciares que se prolongó por una hora, el chistosete vocalista empezó gritando 'I hate sleep, I hate sleep' y terminó rasgando un 'Destination, destination'. Y me pregunté que coños tiene que ver eso con los glaciares... en fin, fue la Divina Comedia de Dante: el Infierno, a cargo del dueto islandés insufrible; el Purgatorio, que fue el receso necesario para descansar los oídos y el Cielo, bendita Björk.
Abrió el concierto en penumbra, 'While i crawl into the unknown...' preludio perfecto para un Volta del que no sabía que esperar, '...cover me...' y al contrario de lo que pregonaba queríamos que se descubriera, que se abriera el telón para poder comprobar que era real que estaba ahí. 'I'm going to prove the possible really exists...' y lo hizo durante un concierto que nos deja con ganas de más, y más, y más.
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