Nuevo puesto, nuevo achaque

Lo logré, y con esto no me conformo. Pues sí, ya estoy ungido (en todos los sentidos de la palabra) como padrino de bodas y bautizos, como amo y señor de campos de golf y fraccionamientos exclusivos, como invitado VIP de sitios innombrables.... ja ja. Pos sí, ya soy jefe.



Esperaba con ansia que este nuevo puesto me trajera más responsabilidad y trabajo, lo cual está chido, pero no contaba con que me renunciara una diseñadora y que a otra tuviera que mandarla de una vez de vacaciones, aprovechando que el trabajo para mis diseñadores ahora está leve. Pero, con esto último me hice el harakiri, porque los altos mandos han estado pidiendo muchos encargos especiales.


Sin embargo, lo que esta reluciente y brillosa posición laboral está provocando en mi redondo cuerpo, es un insidioso dolor muscular en el cuello, sí, sí, sé que la edad me está alcanzando y los achaques se aprovechan. Que si el masaje, que si esas pomadas que hipercalientan y dizque alivian, o incluso si lo que me hace falta es una buena 'chamba', yo ya ni sé. Pero, son groserías que a los 26 años ese soporte muscular debajo de mi nuca me esté haciendo las noches intranquilas, y a decir verdad, está peor que me quiera amargar mi regocijo profesional.

En fin, tal vez sea por el estrés...