Hay un par de personas que habitan un alargado departamento en Barcelona, que tuvieron a bien hospedarnos a la Fab y a mí durante nuestra estancia en la Ciudad Condal.

La verdad es que el Alex ya aprendió a cocinar, y no lo hace mal, y sí, mis queridos amigos quedados, él y Lon siguen derramando miel donde quiera que estén. Lonneke, aunque trabajó casi todos los días que estuvimos en Barna, nos acompañó sin falta a los antros, pero eso sí, nos recomendó ampliamente ir a Amsterdam, prontito.

Me da harto gusto ver a mi amigo tan podrido por su chavala, y lo que es mejor que esa putridez esté correspondida. Ah, cómo huele el amor.

Hey, pedazo de coñito choricero, hartas gracias a ti y a Lonneke. Los extrañamos y sí, fue una lástima que tuviéramos que regresar a México, pero... ¡joder tetas peinetas, ya teníamos que trabajar, y no teníamos un sólo euro y mucho menos ropa (en mi caso)!